domingo, 11 de mayo de 2008

Lo que no tengo es abuela

Llamando al Dr. Freud

No tener madre

Bendito sea dios, acabó el Día de la Madre. Ya sea que hayas celebrado con serenata, salida a comer, traída de mariachi o más flores que un carro alegórico, estamos seguros que como toda fiesta nacional, tu 10 de mayo concluyó en un trance etílico en cuanto pudiste separarte de tu madre.

Y no te culpamos. Aunque sólo pase una vez al año, el Día de la Jefa es harto desgastante. En primer lugar, ver a los hermanos que no aguantas; o peor aun, tener que consolar a tu madre por los hermanos que no fueron. Además está todo el show de los regalos (si es que fuiste un buen hijo), desde pelearte con la florería porque llevaron alcatraces en lugar de rosas y tu mamá es supersticiosa; o bien descargar la lavadora nueva y tratar de meterla por una puerta que nadie jamás consideró a la hora de comprarla.

Pero principalmente estás agradecido de no tener que volver a ver a tu madre de aquí hasta la cena de Navidad (seguramente se te va a olvidar su cumpleaños). Y no es que seas un hijo ingrato, o por lo menos no más ingrato que el resto del mundo, sino que tu mami hace todas esas cosas que te hacen perder la paciencia y que te hicieron irte a vivir por tu cuenta en primer lugar, entre las cuales seguramente se encuentran estas...

Cosas que hace tu mamá que te vuelven loco

1. Alimentarte.
Tu madre, dios la bendiga, creció todavía en una época sin gansitos, pingüinos y demás aves transaturadas de Marinela. En aquél entonces, salvar a un niño de la desnutrición era trabajo de tiempo completo, no por nada las mujeres tardaban horas y horas preparando cada comida del día. En su retorcida mente, cree que si ella no te prepara la comida, tú eres tan inútil que no puedes ni freír un huevo -como nunca ayudaste en la cocina... pero el daño ya está hecho y ahora cada vez que te encuentra, te aprovisiona como si fueras a trepar el Himalaya.

2. Cubrirte.
Como el único día que la visitas es en mayo, llegas empapado en sudor. Tu mamá, como ese día no sale, lleva todo el día en la casa vacía y a sus años, las casas vacías parecen refris, así que insiste en que te pongas un suéter ahora mismo. Es inútil discutir; mientras ella tenga frío, estará convencida de que estás en peligro de una neumonía, porque en su abnegada cabecita, el calentamiento global es mucho menos peligroso que un "aire".

3. Plantar un árbol, escribir un libro y tener un hijo.
Tu mamá hace todo esto al mismo tiempo: cuando llegas tú, su hijo, lo primero que hace es contarte hasta el último detalle las biografías no autorizadas de cada pariente lejano (muchas veces desconocido) que tengas regado por el mundo, para luego tener que recordarte con diagramas y álbumes familiares de dónde viene cada uno de los miembros de tu árbol genealógico muchas veces remontándose hasta aquél ancestro que o era español o se fue de bracero y te hace pensar que tu árbol genealógico es más bien una transnacional.

4. Nomás decir.
Educada en el valioso arte de la discreción, tu madre tendrá todo tipo de coloridos comentarios sobre el actual estado de tu vida. Así que aunque mencione varias veces cómo tu camisa está arrugada, tienes cara de que nunca duermes, no se te olvide que tu tío murió de cirrosis, tu primo que estudió medicina está ganando mucho dinero, la última chica que llevaste era muy vulgar, hueles a puro cigarro, tu mejor amigo tiene cara de drogadicto y la hija de una amiga te vio entrar a no sé dónde; no es que te esté criticando, ella "nomás dice".

5. Hacer que le des la razón a Televisa
Como quieres evitar una discusión a toda costa, sugieres que la familia vea una película. Para sorpresa de nadie, el reproductor de DVD que les regalaste en navidad está nuevo porque nadie sabe usarlo. Después de un viaje al Blockbuster e instalar el aparato, empieza una sesión interminable de preguntas, ya que tu madre no podría estar más confundida con la trama de la película... ¡y es Shrek! De pronto entiendes por qué las telenovelas son tan malas: tu madre es incapaz de distinguir al villano a menos que éste tenga bigotito y vista de negro (la heroína es la que está llorando en cada escena).

Sales de la casa familiar preguntándote si de niño en verdad hiciste tantos berrinches que agotaste las energías de tu madre al punto de la locura... o si lo que quiere la vieja es venganza.


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