Fabio, uno de los clientes más acérrimos de nuestro gimnasio.
De hecho tenemos la teoría de que duerme ahí.
De hecho tenemos la teoría de que duerme ahí.
Queridos lectores y lectrices:
¡Qué bárbaros! Ni bien pasó el día de Reyes, y ahora sí, TODO mundo se dejó venir al gimnasio. Ya ni la arruinan.
Debimos sospecharlo desde que el estacionamiento más bien parecía periférico (que pensándolo bien, también es un estacionamientote) cuando llegamos a tratar de hacer nuestros cinco minutos de calentamiento, resulta que no había ni una sola máquina libre. Estamos hablando de más de 100 máquinas entre bicicletas, caminadoras, elípticas y remos.
Platicábamos con nuestro bizarro, pero competente entrenador, Jason, y nos contó que sólo el día de hoy había conseguido 5 nuevos clientes. El inocente estaba como unas pascuas. Con todo el dolor de nuestro corazón le hicimos la siguiente pregunta:
¿cuánto crees que duren?
Nos dio mucha pena ver cómo su sonrisa se desintegró lentamente. Casi vimos cómo se iban volando en su imaginación esos nuevos rines cromados para su ya monstruoso y enchulado auto.
"No sé" fue su lacónica respuesta.
Y no era difícil notar quién estaba ahí por un propósito de año nuevo que había hecho con media botella de champagne en la panza y jurando que ahora sí le iba a dar al ejercicio. En la bronceada, depilada y musculosa multitud del Gold´s Gym, es fácil ver quién acaba de incribirse, es como encontrar un chino en Noruega.
Ah, pensar en aquellos tiempos cuando no hacía falta ni siquiera estar en forma para cantar canciones sobre estar en forma. Nomás vean...
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